¿Por qué creemos lo que dicen los
políticos?, ¿Por qué nos resignamos a que nunca cumplan? Estás y otras son las
preguntas que se hace un elector en momentos de lucidez, cuando se sale de su
plano personal y ve más allá, –hacia el bien común-, aceptando con valentía la
situación de su país. País en el que ninguno de sus políticos de turno cumple a
totalidad lo que promete en campaña.
Como sabemos de antemano y desde hace
mucho, -me refiero a tiempos precolombinos-, necesitamos que administren el
patrimonio común dado que la mayoría vive enfocada en sus asuntos; cumpliendo
sus metas y sueños, -¡Naturaleza humana pensar para sí mismo!- y como nadie
posee tiempo para administrar lo común, contratamos a alguien para que
administre de la mejor manera posible nuestros recursos y así alcanzar
“nuestras metas y sueños comunes” ¡No
Hay! Como el asunto es contratar, cualquier desempleado
-que también quiera cumplir sus metas y sueños- se postula y para ganar -y solo
para no seguir desempleado- promete cosas que tal vez, y aunque suenen muy
hermosas, no podrá cumplir. Lo que sería nuestra primera respuesta a la
pregunta titular.
- Engañar al elector para obtener el cargo
Que en mi opinión es la más cruel, pues
se presta no solo para no cumplir lo prometido, sino que con la evidencia
actual de corrupción, se postulan por el sueldo y por los recursos
destinados para los “sueños y metas comunes” que mencioné con anterioridad ¡Que
No Parecen Existir!
Aunque, engañar a un elector con
promesas absurdas es tarea difícil, se las han ingeniado de varias maneras como
por ejemplo abordarnos por grupos (Partidos). Los humanos al tener conciencia
de conocimiento sabemos diferenciar la ficción de la realidad; facultad que
perdemos estando en grupo, pues si engañan (Compran) al líder o a lo más
influyentes de la manada, nos engañan a todos por fidelidad a la manada
(Partido). Sumado a tales ideas hay casos aislados donde un elector con cierta
intención finge ser engañado, a cambio de ser contratado (Para cumplir sueños y
metas) o a cambio de ciertos “envueltos tolimenses”, que parecen tener un valor
nutritivo superior lo que amerita cambiarlos por el bien común. O por la
justificación más personal al ser el amigo del amigo de un amigo, al que se le
pueda pagar apoyando a alguien que no tiene la intención de cambiar su manera
miserable de pensar, ni mucho menos la situación de su país.
Es que hemos heredado este y tantos
problemas como sociedad, que terminamos pagando los errores de nuestros
abuelos, quienes con algún tipo de ceguera dejaron sueltos a los administradores
públicos que crecieron desmesuradamente, pasando de ser administradores a
gobernantes (de trabajadores a reyes), invirtiendo el orden y haciendo que el
estado funcione para ellos y no ellos para el estado a tal punto, que vemos
familias y “linajes” disputándose el falso trono y retrasando sus gestiones
administrativas dando lugar a una segunda respuesta
- Resistencia institucional
Llamada así por puro gusto, pero más
que nada porque creo que describe esa eterna oposición a todo, Ese NO que se grita
solo con decir lo que se piensa hacer, justificado por algún miedo al cambio, o
porque puede romper el estatus quid pro quo en
el que se mantienen el estado y sus instituciones -familias y “linajes”-. Claro
está, que ciertas propuestas se lo merecen, pero son los argumentos los que
dictan un sí o un no colectivo; en el hipotético estado a donde todo el mundo
participe y a todos dejen participar.
Por ejemplo: Cuantos NO han habido para
negociar un conflicto de 61 años que debería llevar el mismo número de intentos
de negociación, pero que por negativas de instituciones (Congreso, FFMM,
Presidentes, Delincuentes y uno que otro partido…) han transcendido el tiempo y
ha reforzado la idea de que aquí nada tiene solución. Tal vez por eso somos el
segundo país más feliz del mundo, porque seguimos con ganas de vivir aunque
ningún problema tenga solución… Tiene que ser eso, esa resiliencia colectiva de
pronto es la clave para soportar tanto y por tanto tiempo. Y con esa idea
soportar tanto por tanto tiempo nace una tercera respuesta
- Tiempo
A lo cual podría responder, si divido y
respondo con dos preguntas: ¿Planean realmente lo que piensan ejecutar? (Y a lo
de real me refiero llevado a la realidad por que el papel aguanta de todo), o ¿Son
muchos los problemas que hay que solucionar?...Pues la verdad son tantas las
problemáticas que se necesitaría una administración como de 15 años para ver
cambios significativos, las problemáticas actuales no se solucionan tan rápido
cuando están con cierta conexión y si se busca hacerlo se tendrían que
solucionar al tiempo para evitar caer en el error de nuestra respuesta cuatro.
- Discriminación de las problemáticas
Particularmente, quiero paz siempre, seguridad todos los días y calidad de vida de lunes a domingo, y no cada cuatro o tres años como parece estar sucediendo, porque a esto nos han triado los malos administradores por discriminar las problemáticas que terminan agigantándose con el tiempo hasta salirse de las manos y terminar siendo la promesa de otros para llegar al cargo, se podría pensar que es intencional y que sencillamente es otra forma del estatus quid pro quo, pero no la culpa es de todos, y por más cruel y triste que parezca no tenemos ni los sueños ni las metas comunes claras… Y por eso en medio de ese desorden de sueños y metas particulares se terminan escogiendo aquellas que convengan a unos y a otros repitiendo ciclos y sumando incluso nuevas problemáticas. En estos días de elección
se necesita una unidad entorno a algo,
metas colectivas, el bien común, para no repetir la historia interminable en la
que un Idealista intenta asesinar a su amigo Idealista, por no estar de acuerdo
si querían una Nación centralista o federalista; disgusto que hasta hoy trae la
maldición y con el que se prueba que ambos tenían la razón y a la vez estaban
equivocados, dado que la Nación centralista está unida pero puede prestarse
para tiranías y que una nación federalista es el sueño de la democracia pero
puede prestarse para la división de todas sus partes.
Para que ese disgusto no haya
transcendido en vano hay que definir con claridad lo que se necesita hoy y lo
que se busca para mañana, trazarle la ruta a los políticos de lo que se debe
hacer y que de una vez por todas se pongan a administrar la nación mientras se
les va olvidando la palabra gobernar y gobierno.
PD: Aunque sean sinónimas las palabra
gobernar y administrar para mi tienen cierta diferencia, diferencia que tal vez
me inventé o que sentí que se perdido desde la colonización hasta el día de
hoy. Como era de esperarse nuestro idioma –Que fue impuesto por un rey que
mandaba y administraba- le pareció correcta la sinonimia, yo personalmente soy
del continente Americano (tierra de la libertad) y creo que lo políticos deben
administrar y no hacer el papel de reyes.